Había gran expectación por recibir en la Peña a Israel Fernández, debido al buen recuerdo que nos dejó en su primera visitas en 2018. En estos años Israel ha madurado muchísimo, ampliando su conocimiento y ejecución de los cantes, hasta llegar a convertirse en la actualidad en una de las mejores voces jóvenes del flamenco.
Vino acompañado de Joes Wieggers, joven guitarrista holandés que se inicio en la guitarra flamenca en la academia que el cordobés Paco Peña tenía en Holanda. Actualmente reside es España y es conocido en el mundillo flamenco como Juanito El Tuli, suponemos que por eso de los tulipanes holandeses.
Inició Israel el recital cantando por soleá, donde hizo un largo recorrido por los principales estilos de este cante, desarrollados con a su forma personal pero manteniendo la esencia antigua de los cantes. En su recorrido pasó por Utrera recodando a La Serneta; por Cádiz, hizo la soleá del Mellizo y la de Paquirri; porTriana, la de los alfareros y remató con la de Joaquín de la Paula de Alcalá. Por levante hizo mineras y tarantas de las que tradicionalmente se cantan por la Unión. Continuó cantando por tientos clásicos de Pastora y Lebrijano, luego paso a tangos de Badajoz con inclusiones a las Grecas, para terminar con los tangos trianeros que popularizada Pastora.
Con mucha enjundia cantó sucesivamente por siguiriyas jerezanas las atribuidas a Manuel Torre, El Marruro y El Loco Mateo. Continuó por la que grabara Carbonerillo con la letra de “por todas las bocacalles….” y terminó con una cabal de Silverio. Sus bulerías fueron un homenaje a Pastora con algún recuerdo a Antonio El Chaqueta, demostrando su dominio del compas, de la afinación y de su amplio conocimiento de este tipo de bulerías. Terminó su recital con dos fandangos del Niño de la Calza, cerrando con uno del Gloria.
Cumplió Israel las expectativas, demostró su conocimiento de los cantes antiguos que ejecutó con personalidad propia y puso de manifiestos su buena afinación y su gran dominio del compás, todo ello cantado en unos tonos altísimos. Nos fue muy grato comprobar el interés por el flamenco de El Tuli, un joven extranjero estudioso de la guitarra y del cante, que en su debut en una Peña con tanta tradición como la nuestra y con un cantaor con tantos matices como Israel, supo salir airoso de tan difícil trance.