El pasado 6 de marzo, actuaron por primera vez en la Peña los artistas pacenses El Perrete al cante y Juan Vargas a la guitarra.
Francisco Escudero El Perrete es un joven cantaor que vino a la Peña El Taranto con una carta de presentación importante, a saber, el pasado año fue finalista del Concurso Lámpara Minera de La Unión y ganador del Concurso Internacional de Arte Flamenco de Córdoba.
Empezó con una serie de cantes sin guitarra en los que fue engarzando, corridos o romances, martinete, la debla y los llamados cantes de faena o laboreo que incluyen los trabajos de siembra, siega y trilla. Nos sorprendió gratamente por estos estilos ya que, prácticamente, no se escuchan en la actualidad. Siguió Francisco por malagueñas, la primera de Concha La Peñaranda y la segunda de La Trini, rematadas por un abandolao de Juan Breva. Por soleá hizo una serie extensa, recorriendo varios estilos, El Mellizo de Cádiz, El Ollero y El Machango de Triana, Juaniquí de Lebrija para rematar con la de Paquirri de Cádiz.
Las tres tarantas que cantó después, estuvieron muy bien ejecutadas, las dos primeras “Tú la joya y yo el joyero” y “Mira lo que te he comprao”, del Cojo de Málaga, aunque El Perrete se acordó más, por su interpretación, de Pepe Marchena; en la tercera, el recuerdo fue para Jacinto Almadén. La siguiente interpretación correspondió a los tientos, clásicos y bien llevados, ligados con una serie de tangos, inicialmente de Triana para seguir con los estilos de Badajoz, en la forma que popularizaron Juan Cantero y, sobre todo, José Salazar “Porrina de Badajoz”. Otra sorpresa agradable que nos dio El Perrete fue su cante por siguiriyas, dos estilos jerezanos de Paco La Luz y de El Marrurro con el remate de Juanichi El Manijero, el conocido :”Hermanito mío ,Cuco”. Gran entrega y gran ejecución en estos difíciles estilos.
El Perrete cerró el recital con una antología de fandangos, dándole su toque personal a los estilos creados por Gordito de Triana, Pepe Pinto, Manolo Caracol y Porrina de Badajoz.
El acompañamiento de guitarra que hizo Juan Vargas es digno de destacar. Juan, que prácticamente nació con una guitarra en las manos, estuvo en todo momento acoplado con el cantaor, demostrando las grandes facultades que posee como músico y como flamenco.
Una vez más, gran noche de flamenco en la Peña El Taranto.