Vino Ángeles a la Peña por segunda vez tras el buen sabor que dejó en su visita del pasado verano y también estuvo acompañada, como entonces, por el joven guitarrista Benito Bernal y también en esta ocasión, vinieron acompañados por los hermanos Gamero de Puente Genil.
Inició su recital cantando bulería por soleá al modo en que lo hiciera Tomás Pavón, muy diferente a la forma jerezana. Como preparación a la malagueña del Mellizo, cantó la granaína chaconiana y remató con rondeña y fandango de Frasquito Yerbabuena, donde puso de manifiesto su gran dominio de la melodía y los matices que encierra su garganta. Continuó con una larga selección de tangos que nos recordaron a Pastora, el Chaquetas, Morente, Porrinas y Gabriel Moreno.
Su cante por cantiñas las introdujo con una creación de Enrique Morente para continuar con cinco cuerpos de las cantiñas clásicas de la Niña de los Peines. Por siguiriyas se mantuvo en los estilos clásicos de Jerez, Triana y los Puertos, para cerrar con la cabal del Planeta.
El siguiente tema sorprendió ya que lo inició cantando por Nanas, para continuar con unos tientos muy personales, acompañados con la guitarra con un ritmo de amalgama que recordaba a la soleá. Cerraron su actuación, como viene siendo habitual, cantando por bulerías haciendo un amplio recorrido por estilos clásicos, aunque todos ellos interpretados con su forma muy personal.
Ángeles y Benito nos dieron una buena noche de cante, a pesar de la tormenta de truenos y rayos que se produjo durante su actuación pero que en nada intimidaron el entusiasmo de estos jóvenes. Justo es reconocer el timbre de la voz de Ángeles, que acompañado de los matices que encierra, le dan a su cante una personalidad muy acusada. Además es digno de destacar la gran afición que demuestra y su gran conocimiento del cante. Igualmente personal es el toque de Benito que se acopla a la perfección al estilo de la cantaora, dejándola hacer y siguiendo su estela con elegancia. Igualmente destacable es la aportación al compás de los hermanos Gamero.